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#86 ¿Cómo procesamos el dolor? Diferencias entre bebés prematuros y término

¡Hola todos!

En esta nota revisamos un trabajo publicado esta semana relacionado con un tema que nos interesa mucho: las diferencias entre los bebés a término y los prematuros cuando se trata de procesar cierto tipo de información sensorial.

Pensemos en el entorno que rodea a los bebés, especialmente al prematuro hospitalizado por tiempo prolongado, expuesto a repetidos procedimientos dolorosos o molestos. ¿Cómo manejan estas respuestas? ¿Son iguales la primera respuesta y las que siguen? ¿Existe una respuesta adaptativa?

En la publicación de Rupawala (Current Biology, 2023) se planteó responder esta pregunta empleando electroencefalografía y buscando detectar los cambios que ocurren entre estímulos dolorosos repetidos, en este caso, punciones de talón consecutivas (indicadas para los controles de glicemia) en un grupo de 10 bebés a término y otro grupo de 10 prematuros (edad postconcepcional promedio de 31 semanas). Después de cada punción se registraron las respuestas cortical, conductual, autonómica y refleja en simultáneo mediante (1) EEG de superficie, (2) expresiones faciales registradas en video, (3) electrocardiograma y (4) electromiografía para evaluar respuesta refleja de retiro de la extremidad con el estímulo doloroso. Las expresiones faciales se midieron a través de un puntaje de variación expresado en porcentajes durante el estímulo y 4 segundos después. La respuesta autónoma se midió con la variación de la frecuencia cardiaca en reposo frente a la obtenida 10 y 20-30 segundos después de la punción.

Traducido y adaptado del resumen gráfico del artículo de Rupawala et al, 2023.

¿Qué encontraron los investigadores? El primer hallazgo es que cada procedimiento generó cambios electroencefalográficos breves de diferente intensidad (lo que los autores denominan "microestados corticales"), lo que sugiere que el procesamiento difiere de estímulo a estímulo en la corteza cerebral para ambos grupos.

Por otro lado, los estímulos dolorosos repetidos reducen los cambios electrográficos y las respuestas conductuales y autonómicas en los bebés a término, mientras que los prematuros no muestran signos de habituación. No se encontraron diferencias en las respuestas reflejas musculares frente al dolor entre ambos grupos.

Los autores concluyen que aunque ambos grupos son capaces de codificar las diferencias contextuales en las experiencias dolorosas, el prematuro no es capaz de regular las respuestas corticales, conductuales y autonómicas frente a los estímulos dolorosos repetidos. Los mecanismos de habituación parecen estar ya establecidos al llegar al término y deben madurar o establecerse en el tercer trimestre de la gestación, que es cuando ocurre el nacimiento prematuro y se da el periodo de mayor exposición de estos bebés inmaduros a diferentes estímulos dolorosos o molestos.


Puedes revisar el artículo de Rupawala que está con acceso libre en este link: https://www.cell.com/current-biology/pdfExtended/S0960-9822(23)00244-0


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